“¡Oh envidia, raĂz de infinitos males y carcoma de virtudes! Todos los vicios, Sancho, traen un no sĂ© quĂ© de deleite consigo, pero el de la envidia no trae sino disgustos, rencores y rabias”. En mi opiniĂłn… no hay descripciĂłn más sabia y acertada de la envidia que la del genial Don Miguel de Cervantes.
Si bien las aventuras del ingenioso hidalgo ocurrieron en un lugar de la Mancha de cuyo nombre – el autor – no quiso acordarse, las connotaciones morales de Don Quijote – la colosal novela cervantina – tienen alcance universal. Y – con mayor razĂłn – alcanza tambiĂ©n a la moral colectiva en nuestro paĂs.
A ese respecto, jamás – como en estos dĂas – habĂa visto tanta gente disgustada, tantos polĂticos rencorosos, y tantos periodistas rabiosos. Hoy – más que nunca – la calle está plagada de gente iracunda. Las redes sociales vomitan agresividad. Y los periĂłdicos, radios y TV – salvo honrosas excepciones – calumnian, insultan, y mienten con total desparpajo. Entonces… atando cabos – y basándome en la cĂ©lebre tertulia entre Don Quijote y Sancho – habrĂa que concluir que la envidia – cual peste bubĂłnica – se ha enquistado en las almas de muchos compatriotas.
Pesimismo… he ahĂ el principal problema de nuestro paĂs, actualmente. Y la corrupciĂłn está a la par… codo a codo con el desánimo colectivo. La negatividad domina muchĂsimas opiniones emitidas por polĂticos, periodistas, acadĂ©micos, dirigentes, y ciudadanos en general.
Resulta frustrante ver cĂłmo – para estos pesimistas recalcitrantes – nada está bien en nuestro paĂs. Y si se tratara del Gobierno… peor aĂşn. Todo está mal. Nada bueno cabe en las conciencias acomplejadas de estos personajes perturbados.
Sin embargo, yo tengo otra impresiĂłn de la coyuntura. El paĂs no está parado. Los precios de los metales han vuelto a subir. Y ya sabemos cĂłmo responde nuestra economĂa – sobre todo la Sierra – cuando la minerĂa agarra viada. Este año, el cafĂ© volverá a ser el principal cultivo de exportaciĂłn… superando a la uva y al espárrago. Y eso es bienestar – a la vena – para nuestra AmazonĂa. Por Ăşltimo – como hacĂa tiempo que no ocurrĂa – el año viene buenĂsimo para la pesca. Y asĂ por el estilo; la agroindustria, el turismo, la energĂa… ¡no estamos parados!
Inclusive… en el ámbito gubernamental – aunque los pesimistas no lo quieran reconocer – la educaciĂłn pĂşblica tambiĂ©n ha mejorado. Las pruebas PISA (Informe del Programa Internacional para la EvaluaciĂłn de Estudiantes) y ECE (EvaluaciĂłn Censal de Estudiantes) son contundentes a ese respecto. Pero nadie habla de tales logros. El tema dominante – y abrumador – de debate pĂşblico es la huelga magisterial, la cual – como ha quedado demostrada – tiene mucho de polĂtica, y poco – o muy poco – de reivindicativa.
En el ámbito iqueño, la salud pública ha mejorado en nuestra región. ¡No hay colas! ¡El abastecimiento de medicamentos es adecuado! ¡Nuestra infraestructura hospitalaria es buena! Claro que tenemos deficiencias y cosas que mejorar. Pero – para nada – estamos frente al caos que pregonan ciertos congresistas y periodistas pesimistas, que hablan por la herida.
Ahora bien – para estos menesteres – habĂa que poner orden en nuestros hospitales. Y ¡vaya que lo estamos logrando! aunque – es verdad – con algunos heridos y contusos de por medio. Pero ÂżquĂ© esperaban los mĂ©dicos corruptos que abandonaban sus guardias, y cobraban como si hubieran laborado normalmente? ÂżY los que sustentaban viáticos con facturas falsas? ÂżQuĂ© creyeron los congresistas y consejeros que pretendieron imponernos la contrataciĂłn de sus allegados? ÂżQuĂ© – mansamente – les Ăbamos a hacer caso? ¡QuĂ© ingenuos!
Está claro… muchos pesimistas no nos creyeron cuando advertimos que Ăbamos a luchar – de verdad – contra la corrupciĂłn y el clientelismo polĂtico. En el fondo, creyeron que Ăbamos a ser más de lo mismo. O sea, “no a la corrupciĂłn” pero de la boca para afuera. Pues bien… se equivocaron.
Para terminar. Un consejo… hasta de un conejo. Aléjense de los pesimistas. ¡Contagian!
Fuente: Correo ICAÂ