Uno de los más ilustres pensadores del Perú fue – sin duda – Don Jorge Basadre. Efectivamente, él fue quien identificó los enormes lastres de la historia peruana: militarismo, clientelismo, autoritarismo, centralismo, y CORRUPCIÓN.
Sin embargo, su genio metafórico se coronó cuando identificó a los tres grandes enemigos que impiden la consolidación de la promesa peruana: los PODRIDOS, los congelados, y los incendiados. (Las mayúsculas son mÃas)
Entonces… sÃ. Me queda muy claro. Luego de corroborarlo como Gobernador Regional, los CORRUPTOS – o lo que es lo mismo… los PODRIDOS – son los principales enemigos del pueblo iqueño.
Son unos miserables. Están por todas partes. Le roban – sin escrúpulos – a la gente pobre… pero lo niegan con total desparpajo. Puede ser un dirigente sindical que rinde cuenta de sus viáticos con facturas falsificadas. O un médico malacostumbrado a abandonar el hospital – en horario de trabajo – para cobrar a dos cachetes. O uno que sustrae equipos del hospital y / o medicinas de la farmacia para sus prácticas privadas, o para venderlas – por lo bajo – a pacientes necesitados.
Por otro lado ¿qué decir de la corrupción – o podredumbre – que habÃa en la Dirección Regional de Transportes? Concretamente en el tráfico de Licencias de Conducir. ¡Mafiosos que medraban de las coimas – y el maltrato – a todo aquel que aspirara a ser un transportista formal!
Pero eso no es todo. La sobrevaloración de las compras de bienes y servicios. El “diezmo podrido†detrás de las obras de construcción. La “venta†de favores en los concursos de puestos de trabajo. Y muchos etcéteras más. ¡Odebrecht es una plaga enquistada en todas las instituciones de nuestra región! Esos son los CORRUPTOS… el enemigo No. 1 de los iqueños.
Pero nuestra población tiene otros enemigos también. Los INDOLENTES pueden no ser tan miserables como los corruptos… pero por ahà van. El INDOLENTE es aquel servidor público que no atiende con eficiencia y cordialidad a la ciudadanÃa que depende de él para vivir con dignidad.
Por ejemplo, un burócrata que hace esperar inútilmente – a veces meses o años enteros – a ciudadanos que acuden a su despacho para realizar un trámite de cualquier Ãndole. CalÃn Ramos – el ex alcalde de Ica – fue un indolente. No le dolió que vivamos rodeados de basura. Pueden no ser corruptos… pero igual maltratan a los ciudadanos. Son crueles. No se inmutan frente al dolor de la gente necesitada. Son unos maltratadores incorregibles. Se parecen mucho a los CONGELADOS de Basadre. ¡Son detestables!
Por último, también están los MIEDOSOS. No son – necesariamente – corruptos o indolentes. Pero se mueren de miedo de tomar alguna decisión – o firmar cualquier resolución – por temor a ser involucrados en alguna denuncia o proceso sancionador.
A este respecto – valgan verdades – Ica está plagada de leguleyos expertos en denunciar a cuanto funcionario se les cruce en su camino. Las denuncias pueden ser formales… es decir, a través de la FiscalÃa. O mediáticas… a través de periodistas corruptos. Me refiero – por supuesto – a las denuncias sin sustento que tan frecuentemente aparecen en las redes sociales y / o programas de ciertos periodistas chantajistas.
Pero bueno… para eso estamos. El Gobierno Regional no es lugar para MIEDOSOS. Nuestra institución está abierta para gente honesta, servicial… ¡y valiente! Obviamente, hay que tener buenos asesores en materia legal, porque de eso se agarran los Flores Camargo, las Dery Gonzáles, etc. Esa gente vive para denunciar. Traspiran odio por sus poros. Hay que tener cuidado con ellos, pero de ahà a tenerles miedo… tampoco, tampoco. Al contrario… hay que confrontarlos. ¡Qué se creen!
Conclusión. Los enemigos de los iqueños son – de mayor a menor – los CORRUPTOS, los INDOLENTES, y los MIEDOSOS. Los primeros están saliendo – poco a poco – con la ley atragantada. Y los segundos y terceros… ojalá se vayan porque ¡cuánto daño le están haciendo a los iqueños!
Fuente: Correo ICAÂ
*NOTA: inform@cción vela por el derecho a la libertad de expresión de cada uno de los columnistas y usuarios en este espacio web. En ambos casos, los columnistas y usuarios son los únicos responsables frente a terceros o cualquier persona en general por los daños o perjuicios que el contenido de sus opiniones y comentarios a tÃtulo personal puedan causar.